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Complejo de retiro en el triángulo de los tres países

Ana V.

En la comunidad francesa de Huningue, exactamente en el triángulo fronterizo entre Alemania, Francia y Suiza, ha tomado forma un edificio extraordinario: una residencia para personas mayores con un diseño muy especial. El hormigón coloreado como elemento de diseño arquitectónico juega un papel importante aquí.
 

El hormigón visto de color rojo crea espacios poéticos

 

El complejo comprende un total de 25 unidades residenciales de aprox. 50 metros cuadrados cada uno. Los espacios de vida colectivos están generosamente proporcionados y su ubicación permite mucha luz natural: esta atmósfera abierta es ideal para apoyar las relaciones y las interacciones sociales entre los residentes. El hormigón rojo, la terracota y la madera crean un ambiente acogedor. En el exterior, el edificio está revestido por todos lados con ladrillos hechos a mano.

Para el interior, los arquitectos Dominique Coulon & Associés de Estrasburgo han elegido hormigón visto rojo coloreado con pigmentos de óxido de hierro Bayferrox de Lanxess. Las imperfecciones son parte de la construcción muy viva: la piedra combina con las irregularidades arquitectónicas deliberadas, que le dan al lugar su propio carácter atractivo. El hormigón visto es un material noble. El color rojo intenso, casi terroso, le da a la habitación una dimensión poética única.

El uso de pigmentos de óxido de hierro para teñir el concreto requiere profundos conocimientos técnicos y habilidades de aplicación. Porque solo con un amplio conocimiento sobre la interacción de la tecnología del hormigón y el pigmento de color seleccionado, se puede lograr el tono de color deseado en el estado curado.

LANXESS brindó asistencia concreta en la realización del complejo residencial para personas mayores en Huningue. Basados ​​en sugerencias conceptuales e ideas de los arquitectos, los expertos de LANXESS diseñaron muestras de colores concretos. Con estos colores se podría lograr el resultado deseado en el sitio de construcción. La cooperación ejemplar ha dado como resultado un edificio con su propio carisma único, profundo (rojo), que deja un gran impacto visual en los visitantes y residentes por igual.

 

 

El color rojo crea un lugar atemporal.

 

El objetivo de los arquitectos al diseñar el proyecto era dar a los interiores apertura y generosidad. En el centro del edificio hay una llamativa escalera que conduce hacia arriba. Su inconfundible presencia en la gran sala central invita a las personas mayores a ser conscientes de su movilidad y a utilizarla.

Desde el piso superior, la terraza trae luz desde el sur hacia el centro del edificio. El volumen blanco del interior aparece elevado, estructura el espacio vacío y aporta ligereza a toda la construcción. El hormigón visto rojo en combinación con terracota y madera clara crea un ambiente acogedor.

En el exterior, el edificio está cubierto con ladrillos de clinker en todos sus lados. Los arquitectos han elegido un ladrillo no estándar que es irregular y en parte desigual. Las paredes así diseñadas captan la luz cambiante del día; su estructura conecta auténticamente el edificio con la ubicación rústica del puerto y, por lo tanto, con la historia original del Rin. La transparencia del río, la luz natural en el corazón del edificio, las paredes de color rojo: una interacción grandiosa que le da al edificio su fuerte identidad. Aquí en Huningue, se ha creado un lugar acogedor y atemporal que ofrece un alto confort, inspiración y conexión a sus habitantes.

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